El debate político. Las propuestas platónica y aristotélica sobre el mejor orden social COMPARACIÓN DE DOS DOCUMENTOS Documento 1 «[Una ciudad bien gobernada] será la única en que manden los verdaderos ricos, que no lo son en oro, sino en lo que hay que poseer en abundancia para ser feliz: una vida buena y juiciosa. Pero donde son mendigos y hambrientos de bienes personales los que van a la política, creyendo que es de ahí de donde hay que sacar las riquezas, allí no ocurrirá así. Porque, cuando el mando se convierte en objeto de luchas, esa misma guerra doméstica e intestina los pierde tanto a ellos como al resto de la ciudad.» Platón. República, VII, 521a. Diálogo Documento 2 «Está claro que la corrupción política se investiga y se sanciona en España y que la policía y los fiscales hacen su trabajo cada vez mejor. Lo que no está nada claro es que tenga una repercusión electoral [...]. Se supone que la honestidad personal de cada candidato debería ser uno de los requisitos más exigidos por los votantes de cualquier partido. Y, sin embargo, la experiencia demuestra que no es así. No está claro, por los resultados electorales anteriores, que la corrupción sea el motivo de una mayor abstención o que el partido más afectado sufra una pérdida notable de apoyos.» Soledad Gallego-Díaz. «Punto de observación», El País (28 de mayo de 2023) Cuestiones 1. Expón brevemente el problema filosófico común que abordan ambos documentos. 2. Comenta las diferencias y semejanzas en el tratamiento del problema en ambos documentos. 3. Redacta una síntesis de cada documento en donde se reflejen con claridad su tesis y sus argumentos. Explica el concepto de «ciudad bien gobernada» en el documento 1. 2.2. LAS CRÍTICAS DE SÓCRATES Y PLATÓN A LA DEMOCRACIA A diferencia de la democracia moderna –que es indirecta y representativa–, la griega era una democracia directa. Eso quiere decir que las decisiones importantes en la vida pública recaían directamente en los ciudadanos reunidos en la Asamblea, no en sus representantes políticos elegidos mediante sufragio, como ocurre hoy en día. La democracia ateniense se basaba en la idea de que cualquier ciudadano podía ejercer un cargo público sin necesidad de una formación especial. Más que la competencia o incompetencia para ejercer un cargo, lo que le preocupaba al sistema era la máxima participación de todos en la política, y que los cargos públicos estuvieran lo más repartidos posible. Por eso, la mayoría de ellos se elegían por sorteo; otros por turno; y unos pocos por votación de la Asamblea. Tanto Sócrates como Platón fueron críticos con la democracia de su época, el régimen político bajo el cual Sócrates sería ejecutado. Su defensa del intelectualismo moral los llevó a criticar el sistema de elección de los cargos públicos por sorteo, por turnos o por votación; argumentaban que dejaba los puestos de responsabilidad en manos de personas Discurso fúnebre de Pericles, de Philipp Foltz (1877). 89 5 Diálogo
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