El debate político. Las propuestas platónica y aristotélica sobre el mejor orden social inadecuadas y no entendidas. Igualmente los llevó a defender la tesis de que las decisiones políticas no deberían estar en manos de la mayoría ignorante y manipulable, sino de los expertos, es decir, de los entendidos acerca de lo que es la justicia y el bien del Estado. Para apoyar su tesis, se basaron en la analogía entre la medicina y la política. En efecto, si alguien enferma, ¿opinamos todos acerca del tratamiento? ¿Elegimos por mayoría o por sorteo al que debe curar al enfermo? ¿O más bien dejamos el asunto en manos del médico, del entendido? Entonces, cuando el enfermo es el Estado, ¿debemos elegir por sorteo o votación a quienes se ocuparán de su salud? ¿Es mejor que todos opinen de todo? ¿O deberíamos más bien hacer caso solo a los entendidos en las cosas del Estado? Tanto Sócrates como Platón opinaron que hay un arte o ciencia política sobre lo bueno y lo justo que el político debería aprender, y ese arte se identifica con la filosofía que, en el caso de Platón, es la ciencia de las Ideas. Otra crítica que Platón formuló contra la democracia ateniense es que, en ella, no era realmente el pueblo el que gobernaba, sino una minoría de políticos y hábiles demagogos, formados por los sofistas en el manejo de la palabra para manipularlo, abusando de su falta de reflexión, de su incultura y de su insensatez. La supuesta ciencia política que los sofistas decían enseñar a sus adinerados jóvenes discípulos no era la verdadera ciencia objetiva sobre lo bueno y lo justo, sino el arte de la demagogia, que consiste en llamar bueno, sin más reflexión, a lo que a la multitud ignorante le parece bueno; y malo, a lo que le parece malo. COMENTARIO DE TEXTO Y DISERTACIÓN «Cada uno de los particulares asalariados a los que esos llaman sofistas no enseña otra cosa, sino los mismos principios que el vulgo expresa en sus reuniones, y esto es a lo que llaman ciencia. Es lo mismo que si el guardián de una criatura grande y poderosa se aprendiera bien sus instintos y humores, y supiera por dónde hay que acercársele y por dónde tocarla, y cuándo está más fiera o más mansa, y por qué causas y en qué ocasiones suele emitir tal o cual voz, y cuáles son, en cambio, las que la apaciguan o irritan cuando las oye a otro; y una vez enterado de todo ello por la experiencia de una larga familiaridad, considerase esto como una ciencia, y, habiendo compuesto una especie de sistema, se dedicara a la enseñanza ignorando qué hay realmente en esas tendencias y apetitos de hermoso o de feo, de bueno o de malo, de justo o de injusto, y emplease todos estos términos con arreglo al criterio de la gran bestia, llamando bueno a aquello con que ella goza, y malo a lo que a ella molesta.» Platón. República, Libro VI, 493a-c. CEC Cuestiones 1. Platón formula en este texto una crítica contra los sofistas. Indica la tesis que defiende y explica la estructura de su argumentación. Fíjate en la metáfora: ¿qué representa la «criatura grande y poderosa»? 2. ¿Qué problema o problemas filosóficos aborda el texto? 3. ¿Qué respuesta daban los sofistas a esos problemas? Utiliza tus conocimientos sobre sus teorías. 4. Disertación: ¿Pueden tener los términos bueno y justo un significado objetivo? ¿Qué relación hay entre la ética y la política? Reflexiona a partir del texto y de las filosofías de Platón y de los sofistas. 90 5 Diálogo
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