Historia de la Filosofía 2 BACHILLERATO

La discusión ética en la filosofía clásica 3 LA TEORÍA DE LAS VIRTUDES DEL ALMA EN PLATÓN Platón heredó de su maestro Sócrates la idea de que la razón y el conocimiento deben dirigir la vida moral. Está de acuerdo con Sócrates en que el verdadero bien del ser humano –la felicidad– es inseparable de la virtud. Pero en su obra República, Platón habla de cuatro virtudes o excelencias: sabiduría, valentía, moderación y justicia. 3.1. L AS VIRTUDES DE LAS PARTES DEL ALMA: SABIDURÍA, VALENTÍA Y MODERACIÓN Cada una de las tres partes del alma tiene una función, y desarrolla la virtud o excelencia cuando la cumple bien. Así, existe una virtud o excelencia para cada parte del alma. a) La sabiduría o prudencia es la virtud propia de la parte racional. Recordemos que la función de esta parte del alma consiste en el conocimiento y en discurrir sobre el bien y el mal para gobernar el alma entera. Por tanto, logrará la excelencia cuando alcance la sabiduría y gobierne eficazmente las dos partes inferiores e irracionales del alma. b) El valor o valentía es la virtud de la parte irascible, sede de las pasiones y emociones, como la ira o el miedo. La función que le corresponde es obedecer a la parte racional y actuar como su aliada para gobernar a la parte apetitiva. ¿Cómo se logra la excelencia en el cumplimiento de dicha función? Cuando esta parte del alma escucha a la razón acerca de lo que es realmente temible y lo que solo lo es en apariencia; cuando se encoleriza frente a lo que la razón le presenta como una injusticia; cuando uno se enfada consigo mismo por no poder dominar sus apetitos incontrolables, y cuando aprovecha la energía procedente de la rabia y la cólera para ejecutar con valentía y determinación lo que ordena la parte racional. c) La moderación o templanza es la virtud de la parte apetitiva (de la cual nacen los apetitos, como la sed, el hambre, el sexo y otros impulsos; así como los deseos de cosas materiales, que tienden a ser insaciables). La función de la parte apetitiva consiste en obedecer a la parte racional. La cumple con excelencia cuando desea con moderación, sin rebelarse contra lo que la parte racional determina como lo bueno y lo más conveniente. Academia de Platón. Mosaico, Villa de T. Siminius Stephanus, Pompeya. 3.2. L A VIRTUD DEL ALMA ENTERA: LA JUSTICIA La justicia se logra cuando el alma entera funciona bien, está bien gobernada y existe armonía entre sus partes. Esta armonía se alcanza cuando en el alma humana se cumple el orden natural, que consiste en que lo superior gobierna sobre lo inferior, es decir, la parte racional sobre las partes irracionales, ligadas al cuerpo. Por eso la justicia en el alma interior del ser humano consiste en «dar el mando a quien le corresponde». En el alma justa se logra el equilibrio interior entre la razón, las pasiones y los apetitos. Ese equilibrio se refleja externamente en la conducta del individuo, que realiza acciones justas y nunca comete injusticias. Además, cada parte habrá desarrollado la virtud que le es propia: la parte racional, la sabiduría; la irascible, la valentía, y la apetitiva, la moderación. Por eso la justicia es para Platón la virtud más importante del alma, pues implica la posesión de las otras tres y es la virtud del alma entera. La injusticia en el alma Un alma injusta es un alma mal gobernada, en la que, en lugar de mandar la razón, son las pasiones de la parte irascible o, más frecuentemente, los apetitos desbocados de la parte apetitiva, los que se erigen en sus dueños y arrastran el alma entera, alterando su armonía. Un alma injusta es un alma fragmentada, alterada, dividida y sin armonía. Es como una orquesta mal dirigida en la que los músicos no obedecen al director, van a la suya y cada cual toca según sus apetencias y su propio criterio. 74 4 Diálogo

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