Historia de la Filosofía 2 BACHILLERATO

La antropología en la filosofía clásica 4 LA PSIQUE EN ARISTÓTELES: UNA VISIÓN NATURALISTA DEL SER HUMANO Y DE SU ALMA Aristóteles (384 a. C.-322 a. C.) nació en la ciudad de Estagira, en Macedonia, pero vivió la mayor parte de su vida en Atenas. Fue el discípulo predilecto de Platón, pero acabó renunciando a la teoría de las Ideas y elaborando su propia filosofía, más empirista y menos abstracta y «metafísica» que la de su maestro. Ese enfoque más «terrenal» se refleja también en la visión que Aristóteles tiene del ser humano y de su alma: según Aristóteles el alma no es inmortal, ni puede separarse del cuerpo, ni hay un «más allá», ni necesidad de purificación ni de reencarnaciones. Aristóteles teorizó sobre el alma humana en el contexto de sus investigaciones sobre los seres vivos. El alma es para él la causa que explica el fenómeno de la vida. La teoría aristotélica del alma cae, por tanto, dentro de la biología, que para Aristóteles es una parte de la física, pues los seres vivos son una clase particular de seres físicos. Según Aristóteles, los seres físicos pueden ser de dos tipos: vivientes y no vivientes (inertes). Los vivientes son aquellos que, a diferencia de los seres físicos inertes, como la piedra o el fuego, disfrutan del bien que llamamos «vida». Por vida Aristóteles entiende el ejercicio de ciertas funciones que no pueden realizar los seres inertes y que pueden ser biológicas, como la nutrición, el crecimiento o la reproducción; o psicológicas, como la sensación, el deseo, la imaginación o el pensamiento. El alma o psique es justamente la fuerza o energía vital responsable de todas las funciones propias de la vida. Está presente por tanto en todos los seres vivos, y su presencia marca la diferencia entre estos y los inertes. Aristóteles y su pupilo Alejandro, de Charles Laplante (1866). Aristóteles naturalista Aristóteles es considerado uno de los precursores de la biología moderna. Su mirada de biólogo pretendió describir el movimiento de la vida y sus trabajos biológicos representan un tercio de su producción. Entre ellos destacan la Historia de los animales, Sobre la reproducción de los animales, y De las partes de los animales. Charles Darwin, el famoso naturalista inglés del siglo xix, alabó su enfoque centrado en la observación y la recolección minuciosa de datos, así como la manera detallada y sistemática con que describió la vida de los animales y sus órganos. Sin embargo, rechazó su idea de que los seres vivos tienen una esencia (eidos) invariable que define su naturaleza; argumentó, en cambio, que están en constante cambio y evolución. 4.1. LA TEORÍA ARISTOTÉLICA DE LA SUSTANCIA Así como Platón elaboró su teoría del alma en el marco de la teoría de las Ideas –el núcleo central de su filosofía– Aristóteles elaboró la suya en el marco de su teoría de la sustancia, que es el pilar fundamental de su filosofía. Según esta teoría las Formas o esencias (eidos) de las que hablaba Platón no existen separadas de las cosas materiales, sino en las cosas materiales mismas. Si para Platón lo verdaderamente real eran las Ideas, situadas en un ámbito trascendente de la realidad, para Aristóteles lo verdaderamente real son justamente las cosas y seres individuales, por ejemplo, este árbol, aquel otro árbol, Sócrates, tú mismo, etc. Aristóteles usó el término sustancia para referirse a cada ser concreto e individual. Cada piedra concreta y particular, cada animal, etc., es lo que Aristóteles llama una sustancia natural. Ahora bien, cualquier sustancia es un compuesto de dos elementos inseparables: la materia y la forma. a) La materia es aquello de lo que está hecha una sustancia; es lo que la individualiza y la hace distinta a otras substancias de su misma especie. Por ejemplo, en una esfera de bronce la materia concreta sería el bronce del que está hecha, que hace que sea única y distinta a las demás esferas de bronce. b) La forma (eidos) es inseparable de la materia, y es la esencia de una sustancia, pues es lo que determina la materia y hace que el compuesto resultante sea lo que es (piedra, caballo, agua, esfera...); es la misma en todos los individuos de su misma clase o especie. En el ejemplo de la esfera de bronce, la forma sería la esfericidad, idéntica a la de todas las esferas; dicha forma es además su esencia, pues le hace ser lo que es: una esfera. 61 3 Diálogo

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