La modernidad: el problema del conocimiento b) En segundo lugar, tenemos el conocimiento racional o conocimiento de nociones comunes, que Spinoza vincula fundamentalmente, aunque no lo limita a ello, con el conocimiento científico, como la física, la geometría o las matemáticas. Se trata de un conocimiento deductivo en el que todas las ideas que me formo tienen, necesariamente, que derivarse de otras anteriores que ya hayan sido establecidas como verdaderas. A estas ideas Spinoza las denomina ideas adecuadas, que serán comunes a todos los individuos. Serán estas ideas las que me permitan percibir, interpretar y entender la concatenación de causas y efectos que subyacen al orden universal y necesario de la naturaleza. La razón permite, a diferencia de la imaginación, considerar las cosas como necesarias. c) Finalmente, nos encontramos con el conocimiento intuitivo, que es el más real de todos. Si entre la imaginación y el conocimiento racional se daba una ruptura absoluta, el conocimiento intuitivo sí que supone una especie de continuidad con respecto al anterior, en tanto que procede de este. Según Spinoza, se trata de un conocimiento que proviene directamente de Dios, pues por medio de la intuición llegamos a tener una visión del todo como algo necesariamente conectado, como si estuviésemos ante un tipo de conocimiento de todo lo que hay que coincidiese íntimamente con la visión misma de Dios. El conocimiento intuitivo nos permite entender el orden y conexión de todo lo existente, algo así como la contemplación de la totalidad de las causas y efectos de una manera simultánea. ANÁLISIS FILOSÓFICO A PARTIR DE IMÁGENES 1. Describe los elementos que componen la imagen. 2. Relaciónala con la defensa del panteísmo que hace Spinoza. 3. ¿En qué se parece y en qué se diferencia su postura de otras que hayas visto anteriormente durante este curso? 2.1.3. Leibniz, las mónadas y el mejor de los mundos posibles Las mónadas y la armonía preestablecida Igual que ya hiciesen previamente Descartes y Spinoza, Gottfried Wilhem von Leibniz (1646-1717), alemán de nacimiento, desarrollará todo su sistema de pensamiento a partir del concepto de sustancia. Sin embargo, a diferencia de ellos, no defenderá la existencia de tres sustancias (Dios, alma y mundo), como hacía Descartes, ni tampoco de una sola, como señalaba Spinoza (Dios o la Naturaleza), sino que defenderá la existencia de infinitas sustancias en el universo. A estas infinitas sustancias las denominará mónadas, término que él empleaba de una manera prácticamente similar al concepto de átomo, con la salvedad de que, mientras los átomos son materiales, las mónadas no. ¿Es esto Dios? Absolutamente todo 187 9 Diálogo
RkJQdWJsaXNoZXIy MzI3MzI=