Historia de la Filosofía 2 BACHILLERATO

Cuestiones fundamentales en la filosofía medieval. Entre la luz y la oscuridad • La existencia de Dios. Según las Sagradas Escrituras, en el libro del Éxodo, Dios le dijo a Moisés ego sum qui sum, es decir, «yo soy el que soy». Dios es el que es, el ser (así como las Ideas eran el ser en Platón), lo inmutable, lo que no varía y no puede ser conocido a través de los sentidos. Es la esencia por excelencia. El descubrimiento de verdades eternas, inmutables y necesarias se produce a partir de lo sensible: lo mutable nos lleva a lo eterno, lo imperfecto a lo perfecto y lo relativo a lo absoluto. Dios no es la causa del ser y de la verdad externos a él, ya que él es el ser y en él está la verdad. Pero Dios es incomprensible para nuestro entendimiento. Por tanto, conocemos a Dios por analogía: a partir de lo bueno, de lo grande, de lo creado, descubrimos, por encima de todo, lo omnipresente, eterno y libre. Es infinitamente perfecto y eterno. Conociéndonos a nosotros mismos, creados a imagen y semejanza de Dios, conocemos a Dios. COMENTARIO DE TEXTO «Pregunté al mar y a los abismos y a todos los vivientes que serpean en ellos y me respondieron: –No somos tu Dios; búscale sobre nosotros. Pregunté al aire que respiramos y a todas las cosas que habitan en él: –Se engaña Anaxímenes –dijeron–, no somos Dios. Pregunté al cielo, a la luna y a las estrellas: –No somos el Dios que buscas –me respondieron también. Pregunté, por fin, a todas las cosas que están al alcance de mis sentidos: –Si vosotros no lo sois, decidme algo de mi Dios; decidme algo de él. A grandes voces exclamaron lpse fecit nos: –Él nos ha hecho. Mi pregunta era una simple mirada y su belleza era la respuesta que me daban. Luego me dirigí a mí mismo y me pregunté: –¿Quién soy yo? –Un hombre –respondí. Tengo cuerpo y alma, el uno exterior, la otra interior. ¿Por cuál de éstos debí yo buscar a mi Dios? Por los cuerpos que van desde la tierra al cielo ya le había buscado, lanzando los rayos mensajeros de mis ojos hasta donde podían alcanzar. Pero es mejor el interior, pues, a esta parte interior mía, traen sus mensajes los sentidos corporales. Como árbitro y juez le entregan las respuestas que traen desde el cielo y desde la tierra y de cuanto se contiene en ellos, cuando dicen: –No somos Dios y él nos ha hecho. El hombre interior es el que conoce estas cosas, valiéndose de su exterior. Yo, el hombre interior, conozco estas cosas. Yo, el alma, las conozco a través de los sentidos de mi cuerpo. Pregunté, finalmente, a esta gran máquina del mundo acerca de mi Dios, y me respondió: –No soy Dios, soy una hechura suya.» Agustín de Hipona. Confesiones. Alianza Editorial Cuestiones 1. ¿Qué problema, qué pregunta, se plantea el texto? 2. ¿Cuáles es la idea principal, la tesis o respuesta a esa pregunta? Explícala con tus palabras. 3. Describe la estructura del texto y explica sus ideas principales. 4. Según Agustín, ¿qué relación hay entre Dios y la naturaleza? ¿Y entre Dios y el alma humana? 144 7 Diálogo

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