Historia de la Filosofía 2 BACHILLERATO

Cuestiones fundamentales en la filosofía medieval. Entre la luz y la oscuridad –Justino (100-163): los escritos que nos han llegado son la Primera y la Segunda Apología, dirigidas a los emperadores Adriano y Marco Aurelio respectivamente, y el Diálogo con Trifón. Justino exploró antiguas corrientes filosóficas como el estoicismo, el aristotelismo y el pitagorismo. Pero la que más le influyó fue el platonismo por su amor a lo incorpóreo. La solución cristiana a la cuestión de la inmortalidad del alma llevó a Justino a dejar el platonismo y a abrazar la religión cristiana como la «auténtica filosofía». Si el alma ha conocido previamente a Dios (Mundo de las Ideas para Platón) y luego se ha olvidado, no tiene motivo para ser feliz y si no lo ha conocido por permanecer vinculada a lo material, entonces no sabe que es infeliz por no conocerle. La solución cristiana a esta dificultad satisface a Justino: el alma es inmortal porque Dios la ha cedido a los seres humanos y vive todo el tiempo que él desee. Afirmaba Justino que la filosofía «nos conduce hacia Dios y nos une a él» (cuando Justino habla de «filosofía» se refiere a la religión cristiana). Dios es uno, innombrable e invisible. Justino defendía la creación divina desde la nada y la existencia previa de Dios que, como acto autónomo y benevolente, decide crear el mundo. Una de las afirmaciones más conocidas de Justino es: «Cuanto de verdad se ha dicho nos pertenece». Por tanto, si Sócrates, Heráclito y los filósofos de la Antigüedad habían encontrado verdades era porque expresaban el Verbo de Dios. Su discípulo Taciano, en su Discurso a los griegos, defiende los derechos de los cristianos contra los griegos y la cultura helena afirmando que los filósofos de la Antigüedad habían cogido sus ideas de la Biblia y que no habían inventado ni descubierto nada nuevo. –Tertuliano (169-220), nacido en Cartago, fue el primer apologeta que escribió en latín. Se convirtió al cristianismo en el 190 d. C. Según Tertuliano, solo los cristianos pueden dedicarse a la interpretación de las Sagradas Escrituras; los gnósticos y herejes no tienen este derecho. Es la fe en la palabra de Jesús la que hace al cristiano. Por tanto, sostenía que la relación entre fe y razón es de total oposición. La fe sola es la que nos lleva a la verdad única. Los filósofos son los padres de los herejes, si sus doctrinas se parecen a la fe cristiana es por mera casualidad. Este odio hacia la filosofía se tradujo en algunas ideas materialistas acerca del alma y de Dios, como que el alma es un cuerpo más sutil que el propio cuerpo y, por tanto, la sabiduría que le proporciona la filosofía no puede ser el «alimento» del alma. También llegó a afirmar que Dios es cuerpo, tan sutil que ni siquiera podemos verlo. Estas ideas le llevaron al final de su vida a renunciar al cristianismo, unirse al Montanismo y establecer una secta propia. • Gnosticismo: durante el siglo ii d. C. aparecieron diversos movimientos que trataban de dar una explicación del origen del universo. Mediante la gnosis, que significa «conocimiento», los gnósticos pretendían obtener un conocimiento que les permitiera llegar a Dios y unirse a él. Se trata, en resumidas cuentas, de que la fe sea sustituida por el conocimiento con el fin de la unión con Dios y la salvación. Marción, Valentín, Basílides fueron algunos de ellos. Los gnósticos fueron considerados herejes ya que, entre otras cosas, consideraban a Jesús como un mero transmisor del mensaje divino para obtener la salvación y no Dios o Hijo de Dios tal y como lo consideraba la religión cristiana. Uno de los que lucharon contra el gnosticismo fue Ireneo de Esmirna que enfrentaba las enseñanzas de los Apóstoles a las tesis gnósticas y afirmaba que hay que reconocer cuáles son los límites de la razón humana y, por tanto, no atreverse a dar respuesta a las preguntas acerca del origen de la vida o qué hacía Dios antes de la Creación. Mosaico: decapitación de Justino. Monte de las bienaventuranzas (Israel). 135 7 Diálogo

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