El pensamiento helenístico: de la polis al imperio 3.3. ESCEPTICISMO (PIRRONISMO) Pirrón fundó la escuela escéptica en la segunda mitad del siglo iv a. C. Su lema fundamental fue la abstención en el conocimiento (la epoché, ‘suspender el juicio’), privarse de pronunciarse acerca de la verdad o falsedad, detenerse en el impulso de enjuiciar y sentenciar las cosas. El objetivo último de esta proclama fue conseguir la paz del alma (ataraxia), la paz de no comprometerse con ninguna visión del mundo. El escepticismo considerará que el ser humano se equivoca cuando cree poder conocer, y lo que hace realmente es reducir el mundo al prisma erróneo de lo que piensa que es su conocimiento. Los escépticos defenderán que no es posible alcanzar la verdad y que lo único que le queda al ser humano es lograr la probabilidad en el conocimiento. Los sentidos nos muestran las cosas tal y como se nos parecen, pero no tal y como son, ninguna verdad es definitiva, por lo que siempre hay que desconfiar de ellas. «O bien nos ocultan o disimulan la oscura verdad, o bien, cosa más verosímil, reina el acaso, libre de toda ley, en el cambiante y vacilante juego», dijo Carnéades de Cirene. Para defender todo lo anterior, los escépticos utilizarán todos los recursos lógicos disponibles y, así, realizarán muchos ejercicios de doble argumentación (justificar con argumentos lógicos una posición y su contraria). Respecto a la ética, los seguidores de la escuela escéptica se declararán indiferentes respecto a lo bueno y lo malo, pues «respecto de nada se puede saber ni si es bueno, ni si es malo». Por consiguiente, lo más sensato es suspender el juicio (epoché) y no dar ninguna opinión por verdadera ni falsa. Esto nos permitirá alcanzar la tranquilidad del alma (ataraxia) y la felicidad. Sexto Empírico compilará en el siglo ii d. C. todas las reflexiones de Pirrón. Estos escritos tendrán un gran impacto en el Renacimiento europeo (s. xv-xvi) y colaborarán en el cambio de época que supuso la Modernidad. Desde Descartes el escepticismo moderno será un interlocutor constante de gran cantidad de pensadores preocupados por el problema de cómo justificar que el conocimiento humano sea posible. La impasibilidad de Pirrón en la tormenta, de Petrarca-Meister (s. xvi) JUEGO: ¿CÍNICO O ESCÉPTICO? Introducid en un sobre papelitos con preguntas filosóficas clásicas (qué es el ser humano, qué me cabe esperar en la vida, cómo puedo conseguir la felicidad, cómo debo actuar, qué puedo conocer, cómo se puede acceder a la verdad, qué es la belleza, qué es el bien...). Por turnos, id cogiendo un papel e interpretad delante del resto de la clase un monólogo de 1 minuto en el cual deis respuesta a la pregunta desde la posición de la escuela cínica o la escéptica (elegidlo vosotros). El resto deberá adivinar la escuela cuya posición estáis defendiendo. 117 6 Diálogo
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