Historia de la Filosofía 2 BACHILLERATO

El debate político. Las propuestas platónica y aristotélica sobre el mejor orden social 2.4. EL ESTADO IDEAL ¿Sería posible una sociedad en la que los intereses de todos estuvieran armonizados? ¿Una sociedad en la que no hubiera conflicto entre mi interés particular y el interés de todos? ¿Imaginas una sociedad en la que los gobernantes tuvieran prohibido tener propiedades y tocar el dinero? ¿O una sociedad en la que la pertenencia a una clase social no tuviera que ver con los orígenes familiares ni con el nivel económico, sino con el perfil psicológico de cada ciudadano? ¿Sería posible fabricar una élite de gobernantes sabios, honrados, justos e incorruptibles? Pues una sociedad así es el Estado ideal que Platón propone en su obra República. Es lo que hoy llamaríamos una utopía. Reconoce que «no existe y seguramente no existirá nunca», pero podría servir de modelo para todos los Estados. El objetivo último de la filosofía política de Platón es construir un orden social estable y duradero, lejos de la división, de las luchas por el poder, y de la ineptitud y la corrupción de los dirigentes políticos, que tan dolorosamente vivió Platón en la Atenas de su juventud; una sociedad en la que los ciudadanos y ciudadanas puedan llevar una vida lo más feliz y justa posible. ¿Cómo debería ser esa sociedad? Según Platón, para responder a esta pregunta hay que responder antes a esta otra: ¿Para qué existe la sociedad? Platón opina que la sociedad existe para satisfacer las necesidades de los seres humanos, ya que no somos autosuficientes y necesitamos cooperar para satisfacerlas. La sociedad ideal debe basarse, pues, en el principio de la cooperación social y de la división del trabajo. De acuerdo con ello, Platón considera que deberían existir tres clases sociales: los productores, los guerreros y los gobernantes. Cada una de ellas se ocuparía de satisfacer unas determinadas necesidades en beneficio del conjunto de la sociedad. El Estado platónico imita el modelo del organismo vivo, en el que cada parte u órgano cumple una función en beneficio del organismo entero (organicismo). Platón cree que los conflictos de intereses entre los miembros de la sociedad podrían armonizarse si la pertenencia a la clase social estuviera determinada por las características psicológicas de cada individuo, que vienen dadas por el tipo de alma. Como vimos en la unidad anterior, distinguió tres tipos psicológicos que se correspondían con tres tipos de psique. Pues bien, en el Estado ideal cada uno de estos tipos formará una clase social natural, a la que se le asignará la función social para la que esté más capacitada, de acuerdo con la naturaleza de su alma. La idea es aprovechar la diversidad psicológica natural y sacar lo mejor de cada uno en beneficio de la sociedad entera, del bien común. La adscripción a una clase social en el Estado platónico comportará además una forma de vida determinada, que será la que más conviene, tanto al Estado como al propio individuo. Que cada cual haga por la sociedad lo que mejor sepa hacer y a la vez lleve la forma de vida más acorde con su tipo de alma. Esta es la idea en base a la cual se organiza la utopía de Platón, y es una consecuencia de un principio del mundo antiguo, muy presente en Platón, que desaparecerá con el individualismo moderno: el principio de que el bien del Estado y el del individuo deben ser la misma cosa. Veamos a continuación la función social y la forma de vida que corresponden a cada una de las clases naturales del Estado platónico: a) Los productores o artesanos: su función sería producir todo aquello que la comunidad necesita para sobrevivir e incluso vivir bien. Debe satisfacer tanto las necesidades materiales más básicas como las menos básicas, relacionadas con el disfrute, la diversión e incluso cierto lujo. Dentro de esta clase estarían los agricultores, comerciantes, médicos, herreros, artesanos, músicos, artistas, granjeros, etc. Ellos serán los únicos que tendrán acceso a la riqueza y al dinero; y los únicos que tendrán derecho a la propiedad privada y a formar familias. Se adscribirían a esta clase todos aquellos en cuyas almas predomina la parte apetitiva y se mueven principalmente por el deseo de riquezas y de lo placentero. Lo mejor para ellos mismos y para el conjunto del Estado es que su posición social sea la de productores. b) Los guerreros y guerreras: su función será cubrir las necesidades defensivas y ejecutar las decisiones de los gobernantes. Recibirán una educación especial. Los guerreros –y también los gobernantes– tendrán poder, pero no tendrán acceso a la propiedad privada ni a las riquezas, ni tan siquiera a manejar dinero. Guerreros y Papiro Oxyrhynchus LII 3679, con fragmento de la Republica. 92 5 Diálogo

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