La antropología en la filosofía clásica CUADRO COMPARATIVO Y REDACCIÓN Completa la siguiente tabla comparativa en la que se recogen las diferencias entre las concepciones de la psique en Platón y en Aristóteles. Después, utiliza la tabla como esquema para hacer una redacción sobre el tema: «La psique: Platón versus Aristóteles». Platón Aristóteles Diferencias de enfoque ¿Cómo se relacionan cuerpo y alma? ¿Pueden existir por separado? ¿Cuál es el verdadero yo? ¿Qué me hace ser distinto al resto? ¿Cómo interpretan la muerte? ¿Es el alma inmortal? ¿Hay un destino trascendente? DEBATE EN CLASE Según el pensador israelí Y. N. Harari, autor del superventas Sapiens, la creencia de las religiones monoteístas de que los humanos poseen un alma inmortal y los animales no, sigue siendo hoy en día «un pilar básico de nuestro sistema legal, político y económico». Así explica, por ejemplo, que sea perfectamente legal que los humanos maten animales para comérselos o incluso divertirse. Además, sirve a muchas personas para justificar otra idea muy discutible para este autor: la superioridad moral de los humanos frente a los animales. Debatid en clase: a) ¿Es el ser humano moralmente superior a los animales? ¿Por qué? b) ¿Tiene más valor la vida de un ser humano que la de un cerdo? ¿Por qué? c) ¿Qué opinarían de eso Platón y Aristóteles? ¿Por qué? DEBATE EN CLASE Tras haber analizado las visiones del alma y del yo de Sócrates, Platón y Aristóteles, debatid en clase sobre las siguientes cuestiones: ¿Hay en mí una parte que es mi yo más auténtico? ¿Yo soy mi cuerpo o más bien mi psique? ¿Soy más auténticamente yo mismo cuando sigo mi razón o cuando sigo mis deseos, en contra de mi razón? ¿Pueden separarse tajantemente cuerpo y mente? ¿Qué opinaría Sócrates? ¿Y Platón? ¿Y Aristóteles? El alma de las mujeres y de los esclavos A pesar de su indudable y extraordinaria genialidad, Aristóteles no pudo librarse de los prejuicios de la sociedad en la que vivió, esclavista y fuertemente patriarcal. El filósofo pensó que la naturaleza misma había destinado al varón al mando, mientras que al esclavo y a la mujer los había orientado a la obediencia y a la sumisión. Eso se debía a las características «especiales» de sus almas. Opinaba que tanto en el varón libre, como en el esclavo y en la mujer se daban las capacidades esenciales del alma humana, pero en grado muy diferente. Así, escribe: «El esclavo está absolutamente privado de voluntad; la mujer la tiene, pero subordinada; el niño solo la tiene incompleta» (Política, I, 5). El alma del esclavo, aunque humana y superior a la del animal, está muy mermada: «Lo que precisamente le obliga [al esclavo] a hacerse de otro, es el no poder llegar a comprender la razón, sino cuando otro se la muestra, pero sin poseerla en sí mismo. Los demás animales no pueden ni aún comprenderla» (Política, I, 2). 66 3 Diálogo
RkJQdWJsaXNoZXIy MzI3MzI=