Historia de la Filosofía 2 BACHILLERATO

La modernidad: el problema del conocimiento secundarias. En cierto sentido, podríamos decir que Locke continúa con la propuesta de Descartes sobre las cualidades de la res extensa, que distinguía entre aquellas que existen en el objeto (cualidades primarias) y aquellas otras que dependen del sujeto (cualidades secundarias). Locke señalará que las cualidades primarias son aquellas que no dependen de nuestra percepción y existen de forma independiente a los seres humanos, tales como el tamaño, la forma o el peso de un objeto. Por otra parte, las cualidades secundarias serán aquellas que dependen de nuestros sentidos y que, por tanto, no existirían en caso de que los seres humanos no existiésemos, como el color, el sabor o el olor. Se trata de cualidades subjetivas, a diferencia de las primarias, que son objetivas. Hemos visto cómo las cualidades implican necesariamente la aceptación de un ser (un objeto o un sujeto) que las sostenga, es decir, de una sustancia que sirva de soporte para ellas. Lo mismo ocurre con las ideas simples: como no concebimos que puedan subsistir por sí mismas, nos imaginamos la existencia de un sustrato al que se refieran, al que denominamos sustancia. Sin embargo, para un empirista como Locke este concepto resulta problemático, puesto que la idea de sustancia es simplemente eso: una idea compleja generada por la mente, que resulta de la unión de diferentes ideas simples y a la cual suponemos una serie de cualidades primarias y secundarias. Y aquí es de donde surge la crítica al concepto de sustancia: ¿podemos afirmar de forma segura la existencia de la sustancia, si lo único que conocemos son ideas simples que nuestra mente, libremente, ha unido entre sí? ¿Cómo podemos estar seguros de que esa sustancia existe? Para Locke, hablar de sustancias es algo lícito, pero tenemos que ser conscientes de que se trata tan solo de una inferencia imperceptible, una mera suposición que realiza nuestra mente con el único fin de darle soporte a los modos o cualidades, ya que nos es imposible concebir a estos existiendo por sí mismos, sin estar referidos a algo. Por tanto, el concepto de sustancia no es más que una colección de ideas simples que nuestra mente une, pero que es incognoscible; la sustancia es el sustrato cuya existencia suponemos con el fin de aunar nuestras sensaciones, que tienen que referirse a algún tipo de objeto externo, es decir, a una cosa. ¿Significa esto que Locke niegue la existencia del mundo exterior y de las cosas materiales? En absoluto. Según Locke, ese mundo exterior sí que existe, y, de hecho, afirma que las cualidades primarias, como la forma o el tamaño, son buenas representaciones de dicho mundo. En ese sentido, su pensamiento puede ser calificado de realista, en tanto que cree en la existencia de un mundo real situado más allá de las ideas de su mente. Nuestro conocimiento, sin embargo, debe limitarse a aquello que nos muestra la experiencia, y esta tan solo nos permite percibir una serie de impresiones que posteriormente nuestra mente, en un ejercicio imaginativo de libre asociación, unirá entre sí. ANÁLISIS FILOSÓFICO A PARTIR DE IMÁGENES Observa con atención el siguiente cuadro, Naturaleza muerta con guitarra, del pintor español Juan Gris y responde a las preguntas. 1. Analiza los elementos que componen la imagen (color, figuras, composición...). ¿Cómo podemos interpretarla? 2. ¿Con qué problemática filosófica podemos vincularla? Justifica tu respuesta. 3. Compara, a partir de la imagen, las teorías acerca de la «sustancia» de Descartes y Locke. 4. Disertación: ¿Qué es la realidad y cómo podemos conocerla? Reflexiona a partir de la imagen. 198 9 Diálogo

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