Historia de la Filosofía 2 BACHILLERATO

La modernidad: el problema del conocimiento 2.1.2. Spinoza y el panteísmo La teoría de la sustancia única Otro de los autores racionalistas más importantes de la edad moderna fue el pensador neerlandés de origen portugués Baruch Spinoza (1632-1677), que elaboró la mayor parte de sus postulados epistemológicos en una obra titulada Ética demostrada según el orden geométrico, publicada póstumamente. En ella, igual que ya intentase hacer Descartes, trató de aplicar el método deductivo para alcanzar una verdad absoluta que no dejase la puerta abierta a ningún tipo de duda. A diferencia de la metafísica clásica y del racionalismo defendido por el propio Descartes, Spinoza niega la existencia de distintas sustancias en el universo. De hecho, una de sus principales críticas se dirige a ese matiz que introduce Descartes a la hora de definir el concepto de sustancia. Recordemos que el pensador francés había establecido que una sustancia es aquello que solo necesita de sí mismo para existir, aunque después se vio obligado a ampliar esta definición para poder introducir otras dos sustancias, la res cogitans y la res extensa, junto a Dios, la sustancia infinita. Sin embargo, Spinoza señala que, estrictamente hablando, solo podríamos afirmar la existencia de una única sustancia, que es Dios, pues solo puede ser sustancia propiamente dicha aquella que es causa de sí misma, y solo Dios puede ser causa de sí. Del mismo modo, si concebimos a esa sustancia como infinita, necesariamente tiene que abarcarlo todo, pues si algo se le escapase ya no sería infinita. En este sentido, Spinoza ha sido calificado como un autor monista, ya que defiende la existencia de una única sustancia en el universo, de tal modo que el resto de sustancias establecidas por Descartes quedan reducidas a meros atributos de la única sustancia existente. El cuerpo y la conciencia, lejos de estar separados, tal y como había afirmado el dualismo cartesiano, están unidos y forman parte de una única sustancia que los incluye a ambos. Esa única sustancia es Dios. A la hora de hablar de esa sustancia única, Spinoza se referirá a ella como Dios o como naturaleza. Suya es la expresión «Deus sive natura», «Dios o la naturaleza», que formula con el fin de equiparar ambos términos. Todo lo que hay es Dios y no hay nada más que él. Se trata de una sustancia eterna y absoluta sin la cual nada más puede ser concebido. A esta equiparación entre los conceptos de Dios y naturaleza defendida por Spinoza se la denomina panteísmo. Todo lo que hay no solo forma parte de Dios, sino que, además, es inseparable de él, puesto que es Dios mismo. Precisamente por eso estamos ante una sustancia absoluta y necesaria: porque sin ella, que lo abarca todo, nada sería. Esta concepción de Dios como sustancia impersonal y no antropomorfa hace que Spinoza se aleje de las posturas ampliamente defendidas en la época, hecho que le supuso, por un lado, la excomulgación y expulsión de la comunidad judía, y, por otro, ser objeto de una persecución constante por parte de las instituciones cristianas del momento, que llegaron incluso a prohibir sus obras. Al hablar de manera indiferenciada sobre Dios o la naturaleza, Spinoza convierte a Dios en algo inmanente y no trascendente, es decir, lo convierte en la naturaleza misma y no en algo que se sitúa más allá de ella. Sin embargo, Spinoza señala que, mediante la razón, podemos llegar a distinguir entre los conceptos de Dios y mundo, a pesar de que ambos sean inseparables. A la hora de hablar de Dios, Spinoza utiliza el término natura naturans, que diferencia del término mundo, al que se refiere como natura naturata. El primero de ellos es la naturaleza creadora, y hace referencia a la causa, mientras que el segundo se refiere a la naturaleza creada, al ser creado, es decir, al efecto, que, sin embargo, se encuentra dentro de aquella, en tanto que todo lo que hay forma necesariamente parte de Dios y puede ser identificado con él. Monumento a Spinoza en Amsterdam. Spinoza excomulgado. Samuel Hirszenberg. Según la interpretación panteísta de la teoría de Spinoza, Dios, en tanto que causa (natura naturata) del mundo, no es trascendente, sino inmanente a su efecto (natura naturans), del mismo modo que este lo es con respecto a su causa. Es decir, podríamos decir que todo es Dios, que se identifica con el universo. 185 9 Diálogo

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