Historia de la Filosofía 2 BACHILLERATO

De la teología a la ciencia 3.1. ANSELMO DE CANTERBURY Anselmo (Aosta, 1003-1109), considerado el padre de la escolástica, fue arzobispo de Canterbury. Al igual que Agustín, piensa que existen dos fuentes del conocimiento: la fe y la razón, la revelación cristiana y la lógica. Pero el punto de partida ha de ser el de la fe, «creer para poder entender». La función de la filosofía es la de organizar de manera lógica las creencias de la fe. Uno de los aspectos centrales del pensamiento de Anselmo y un ejemplo de sus esfuerzos por justificar racionalmente sus creencias religiosas, es la recordada demostración de la existencia de Dios, tema al que dedica tanto su Monologium como su Proslogium. Mientras que en el Monologium (sobre la sabiduría de Dios) parte de la existencia del bien, del ser y de los diversos grados de este en el mundo (es decir, diversos niveles en los seres creados) para llegar a la existencia de Dios, en el Proslogium (sobre la existencia de Dios) desarrolla el que Immanuel Kant denominó siglos más tarde como «argumento ontológico» y que sirvió de inspiración, entre otros, a Descartes, Leibniz y Hegel. El argumento ontológico Ante la pregunta «¿Dios existe?», Anselmo desarrolla el siguiente argumento: partimos de la definición de Dios como aquel ser cuya naturaleza es la más grande que podemos concebir, es decir, que no puede ser pensado otro mayor que él. Y esta idea existe tanto en la inteligencia del creyente como del que no cree en su existencia; por tanto, todo el mundo es capaz de comprenderlo y existe en su inteligencia. Anselmo añade que dicho ser no puede existir únicamente en la inteligencia del que lo piensa: aquello de lo que no podemos concebir nada mayor, tiene existencia propia en la realidad, pues aquello que existe tiene mayor realidad que aquello que no existe (lo que es tan solo pensable tiene menor realidad que aquello que es pensable y también existe). Por tanto, Dios existe. Gaunilón, un monje benedictino, en su En defensa del necio afirmó irónicamente que, entonces, si podía pensar en una isla perfectísima, dicha isla existía; o sea: la existencia en el pensamiento no conlleva una existencia real. Anselmo respondió a Gaunilón que la perfección está contenida en la esencia de dicho ser y en eso Dios es único. Dios contiene la perfección y existir es más perfecto que no existir. El resto de cosas que no son Dios, no son perfectas. Catedral de Canterbury. BÚSQUEDA DE INFORMACIÓN Y COMENTARIO DE POEMA 1. Busca información acerca de El éxtasis de la beata Ludovica y escribe una breve redacción. 2. Lee el siguiente poema de Teresa de Jesús y relaciónalo con las características de la mística que hemos expuesto: «Vivo sin vivir en mí, y tan alta vida espero, que muero porque no muero. Vivo ya fuera de mí, después que muero de amor; porque vivo en el Señor, que me quiso para sí: cuando el corazón le di puso en él este letrero, que muero porque no muero. Esta divina prisión, del amor en que yo vivo, ha hecho a Dios mi cautivo, y libre mi corazón; y causa en mí tal pasión ver a Dios mi prisionero, que muero porque no muero. ¡Ay, qué larga es esta vida! ¡Qué duros estos destierros, esta cárcel, estos hierros en que el alma está metida! Solo esperar la salida me causa dolor tan fiero, que muero porque no muero. ¡Ay, qué vida tan amarga do[nde] no se goza el Señor! Porque si es dulce el amor, no lo es la esperanza larga: quíteme Dios esta carga, más pesada que el acero, que muero porque no muero. [...] Aquella vida de arriba, que es la vida verdadera, hasta que esta vida muera, no se goza estando viva: muerte, no me seas esquiva; viva muriendo primero, que muero porque no muero. [...]» Teresa de Jesús. «Vivo sin vivir» 154 8 Diálogo

RkJQdWJsaXNoZXIy MzI3MzI=