Historia de la Filosofía 2 BACHILLERATO

De la teología a la ciencia Historia trágica de un amor: Abelardo y Eloísa Pedro Abelardo (1079-1142) fue un poeta, escritor y filósofo que, seducido por los poetas latinos como Cicerón, Séneca, Virgilio, Horacio y Ovidio, se interesó por la dialéctica y la lógica. Abelardo participó en la disputa de los universales, llegando a discutir apasionadamente con Guillermo de Champeaux. Fue profesor en París, cuyas escuelas de teología y dialéctica iban ganando cada vez más fama. Heloise d’Argentuil (Eloísa) (1092-1164) era hija de una familia noble y recibió una vasta formación en griego, latín y hebreo (las mujeres en esta época podían recibir enseñanzas aunque no impartirlas). Fulberto, tío de Eloísa, consideró oportuno que su sobrina estudiara con Pedro Abelardo, uno de los mejores maestros del momento. En cuanto se conocieron surgió el amor, pero ocultaron su relación. Tuvieron un hijo, al que llamaron Astrolabio. Cuando Fulberto se enteró, ordenó castrar a Pedro Abelardo y este se retiró a un convento de Sant-Denis. Por su parte, Eloísa acabó siendo la abadesa de Le Paraclet. Sus cartas a Abelardo son consideradas como una obra literaria fundadora de la literatura francesa e influyeron a autores posteriores como Madame de Lafayette o Rousseau. Los últimos días de Abelardo se consumieron en una vida errante, perseguido y condenado por el místico Bernardo de Claraval, enseñando por monasterios hasta su fallecimiento en 1142. Entre sus obras destacan el Sic et non (‘Sí o no’), de gran influencia en el método escolástico al presentar tanto las posiciones a favor como en contra de cada tesis. También destacan su Historia calamitatum, donde cuenta su desgraciada historia, y las Cartas a Eloísa. Eloísa, por su parte, acabó siendo una erudita y abadesa de Argentuil. En sus Cartas se puede ver una noción del amor y de la pasión que rompe con las creencias y limitaciones de su época y que sorprende a los lectores modernos. Sus tumbas se pueden visitar en el cementerio parisino de Père Lachaise. Códice Manesse. COMENTARIO DE TEXTO «Ya es hora seguramente de que se ponga en cuestión toda filosofía de la historia soteriológicamente [relativa al estudio de la salvación] inspirada y fundamentada en supuestos tributarios de un problemático realismo de los universales (el proletariado, la feminidad), de que empecemos a pensar que, si no la salvación, al menos el adecuado encarrilamiento está en orientarnos hacia un sano nominalismo. El feminismo revolucionario aspira a un nominalismo radical, a una sociedad de individuos en la que la diferenciación sexual no constituya géneros y marque lo menos posible, lo obviamente relevante. Porque es utópico pensar en la marca sin opresión cuando las marcas siempre han sido señal y producto de la opresión, y no hay diferencia de esta clase sin disimetría. Diferencia, sí, diferencia radical del nominalismo: la de los individuos y no la de los géneros. Por lo demás, en una sociedad igualitaria, “busquemos primero la sobria igualdad y su justicia” y, si alguna diferencia queda, “se os dará por añadidura”.» Celia Amorós Hacia una crítica de la razón patriarcal. Anthropos Cuestiones 1. Formula brevemente la problemática del texto y la tesis que propone la autora. 2. ¿Cuáles son las consecuencias para el feminismo de adoptar una posición nominalista? ¿Cuál es el objetivo de adoptar el «nominalismo radical»? 3. Disertación: ¿Crees que existe algo como la feminidad o la españolidad? Si es así, ¿en qué consiste? ¿Son meras palabras o algo constitutivo en las personas? 152 8 Diálogo

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