Historia de la Filosofía 2 BACHILLERATO

El debate político. Las propuestas platónica y aristotélica sobre el mejor orden social 3.6. LA MEJOR FORMA DE GOBIERNO Y LA POLIS IDEAL Oligarquía Extremo República Término medio Democracia Extremo ¿Con qué fin? El interés de los ricos El bien común El interés de los pobres ¿Quién gobierna? Los ricos contra los pobres La clase media. La ley Los pobres contra los ricos ¿Qué la define? Linaje, riqueza, educación Moderación, estabilidad. Renta y educación medias Falta de nobleza, pobreza y trabajo manual ¿Cuál de todas las formas de gobierno anteriores es la mejor? Según Aristóteles, el mejor régimen político debe adaptarse a las circunstancias concretas de cada Estado, como la calidad moral y la educación de sus ciudadanos, las relaciones con los Estados vecinos y las condiciones materiales de vida, la estructura social y económica, la extensión del territorio, la población, los medios de vida, las riquezas naturales y la ubicación geográfica. Un régimen político óptimo para algunos Estados, puede ser pésimo para otros. Es cierto que, para Aristóteles, algunas formas de gobierno son preferibles a otras. Así, dado que el fin del Estado es promover la virtud de sus ciudadanos, opina que la aristocracia, al menos en teoría, es el preferible. Pero en la práctica, la aristocracia es poco viable, pues exige que los gobernantes tengan una educación y una excelencia muy por encima de lo común, y eso es difícil de encontrar. Así que lo mejor en teoría no siempre es lo más conveniente en la práctica. Frente al idealismo de Platón, Aristóteles da muestras una vez más de su realismo y su pragmatismo. Para la mayoría de las ciudades –y no necesariamente para todas–, la mejor forma de gobierno es la república, que es un gobierno de la mayoría, pero bajo ciertas condiciones. Podemos considerarlo una democracia moderada en la que gobiernan la ley y la clase media. Esta actúa como mediadora entre los ricos y los pobres, evitando los extremos, de modo que los intereses de las diferentes clases sociales están equilibrados. Para Aristóteles, la república es el término medio entre los dos extremos: la democracia y la oligarquía. Combina de manera equilibrada elementos de una y de otra. Por ejemplo, de la democracia toma la obligación de los gobernantes de rendir cuentas al pueblo y el derecho de este a elegir los cargos públicos. De la oligarquía toma la idea de impedir la participación de cualquiera en los órganos de gobierno de mayor responsabilidad, los cuales se reservan para los ciudadanos con un mínimo de rentas y de educación. Un régimen político concreto –sea oligárquico o democrático– será tanto mejor en la medida en que se acerque a la república, que es el término medio, y tanto peor en la medida en que se aleje de ella. En la república se gobierna con una amplia participación de la ciudadanía, pero siempre bajo el imperio de la ley; ella mira por el bien común y es quien realmente manda. La república conviene especialmente a aquellos Estados donde la clase media es muy numerosa. Aristóteles insiste en la idea de que, para que un Estado esté bien gobernado, el gobierno debe basarse en el imperio de la ley. Nadie puede estar por encima de ella, pues «la pasión pervierte [incluso] a los gobernantes y a los hombres mejores. La ley es razón sin deseo» (Política, III, 1287a). Pasar por alto la ley, gobernar sin leyes o decidirlo todo por decreto de la mayoría es dejar el gobierno en manos de las pasiones irreflexivas del pueblo, de la arbitrariedad y de las circunstancias del momento. El resultado no puede ser ni la justicia ni el bien común. Entre las ventajas que Aristóteles ve en la república, algunas son de tipo pragmático y destacan las siguientes: Es la forma de gobierno más estable. En primer lugar, porque cuenta con más aceptación por parte de la mayoría; y en segundo lugar, porque al ser la clase media mayoritaria hay menos discordias, pues la igualdad económica es un factor de estabilidad, mientras que las desigualdades llevan a enfrentamientos y a la inestabilidad política. • Permite, al menos a un buen número de ciudadanos, el desarrollo y el ejercicio de la virtud mediante la participación en la vida pública y el cultivo de la amistad entre iguales (eudemonía). • Si no está embrutecida, las decisiones de la multitud suelen ser más acertadas que las de uno solo o unos pocos. • Bajo ciertas condiciones, el gobierno de la mayoría es más difícil de corromper y dejarse arrastrar por las pasiones que el gobierno de uno o de unos pocos. 103 5 Diálogo

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